«La guerra Civil española es una fuente inagotable de historias para escribir novelas»

26/06/2009

El empresario y ex concejal santoñés acaba de publicar su primera obra, ‘Columna de mármol rojo’, ambientada en la Guerra Civil

La Guerra Civil española se convierte de nuevo en el escenario de una novela que en esta ocasión ha escrito el santoñés Juan Ignacio Villarías (1947). Con el título de ‘Columna de mármol rojo’, este empresario y ex concejal del Ayuntamiento de Santoña entre 2001 y 2003 por Unión para el Progreso de Cantabria, aficionado a la literatura desde joven, ha publicado su primer libro en la editorial Akrón.

-¿Qué le lleva a escribir esta novela?

-Siempre quise ser escritor, desde que recibí clases de literatura en el instituto. Lo ha intentado en mis ratos libres y esta es la primera novela que ve la luz.

-¿Dónde está ambientada la novela?

-En el transcurso de julio de 1936 al mes de agosto de 1937, momento en el que entraron los nacionales en Santander. Está ambientada en Santoña, en el frente del Alto de los Tornos y al otro lado del frente, en el Norte de Burgos. Hay que tener en cuenta que en Santoña había dos cuarteles, uno de infantería en el actual Patronato Militar Virgen de Puerto y otro de artillería, hoy desaparecido.

-¿Elige la época de la Guerra Civil por algún motivo?

-Es una época que da para escribir muchas novelas y relatos. Es una fuente inagotable de historias y se produjeron acontecimientos muy importantes para la historia de España que debería conocer todos los españoles.

-¿Nos puede introducir en la novela?

-No hay un personaje central, son varios los que aparecen y la acción salta de un lado a otro. Hay muchas anécdotas y habla de los fracasos y el derrumbamiento de la columna en el frente y las represiones en retaguardia, en Santoña, antes y después de la llegada de los nacionales.

-¿Qué hay de realidad y de ficción?

-De realidad sólo un país que se llama España donde hubo una guerra civil. Los personales no son reales. Es cierto que se formó una columna que intentó conquistar Burgos y se detuvo hasta que entraron los nacionales, pero la situación es imaginaria y no se trata de una novela histórica. El escritor de novela histórica refleja con su imaginación lo que no ve y aquí todo es irreal.

-Aún así, ¿se ha documentado sobre la época?

-No he consultado archivos ni bibliotecas. Más que documentarme me he ambientado. He leído mucho sobre la Guerra Civil, por ejemplo a Ramón J. Sender, Max Aub y Rafael García Serrano. Pero, no es la guerra de España la que represento, sino mi guerra.

-¿Hay referencias al Pacto de Santoña?

-No hay referencias históricas exactas, pero por medio de personajes irreales aparecen los gudaris y su encarcelamiento en el penal de El Dueso.

-¿Qué puede aportar esta novela como nuevo?

-Desde el punto de vista histórico nada y desde el literario está por ver. ¡Ojalá sea mucho!.

-¿Detrás de la trama, intentas que llegue algún mensaje al lector?

-No. Pretendo ser neutral en materia política, no quiero arrimar el agua a ningún molino. Los personajes pertenecen a un bando y a otro y el lector sabrá dónde situarse. Decía Horacio que el historiador no debe tomar partido y yo creó que el novelista tampoco. Y aquí no intento demostrar nada ni justificar a nadie, sino que me sitúo por encima de todos y trato de no mostrar preferencia por ninguna de las dos parcialidades en guerra.

-Ha escrito varias novelas, pero no han visto la luz.

-He escrito ‘Almas de cántaro’, sobre la juventud en Santoña en los años 60, con sus anhelos y fracasos; ‘El enquiridión del perfecto caballero’, ambientada en una aldea de Castilla en el siglo XVIII; ‘El cronicón inverosímil’, que se sitúa en la Transición española en una ciudad imaginaria donde se reflejan los cambios políticos y sociales, y la última ‘Vista corta y paso largo’, donde los maquis, los guerrilleros antifascistas, son los protagonistas en las montañas de Santander y se narra su represión y aniquilamiento durante la Guardia Civil.

-¿Es difícil publicar?

-Es más difícil que escribir. Intenté buscar editoriales para cada una de ellas, aunque tampoco exhaustivamente. En ‘Columna de mármol rojo’ he insistido y ha surgido. Con las otras novelas lo volveré a intentar, pero no es fácil.

-¿Qué opina de la Ley de la Memoria Histórica?

-Es la ley de la revancha histórica. Quieren convertir a los vencidos en vencedores y cuando han podido han dado la vuelta a la historia desde el punto de vista moral. Después de setenta años, los vencidos quieren resaltar los crímenes ajenos, aunque asesinatos indiscriminados hubo en los dos bandos.