28/08/2009

En unos días, un 30 de agosto más, conmemoraremos el día internacional de los desaparecidos y recordaremos a sus familias: su dolor abierto anclado en un momento – el de la desaparición forzada – cada vez más lejano en el tiempo; un momento que están condenados a repetir una y otra vez, día tras día. Eso que en la antigua Yugoslavia llamaron síndrome Srebrenica, aunque en España, escenario de las primeras desapariciones perpetradas en Europa por fascismos y nazismos, se ha pretendido no llamarlo de ninguna manera a fuerza de querer enterrarlo todo en una fosa de olvido más profunda aún que la fosa común cavada por los genocidas.