Este 20 de noviembre me sorprendí a mí mismo al sorprenderme de que hiciera nada menos que 34 años de la muerte de Franco. Me pareció lo que es en términos de una vida humana: mucho tiempo. Viví el franquismo hasta mi plena adolescencia y ahora voy a cumplir los 50. Este pequeño vértigo personal de transcurso de años me hizo pensar en las dos clases de memoria histórica: la viva, la historia presenciada o protagonizada en primera persona, y la aprehendida por diversos medios de conocimiento.